miércoles, 3 de diciembre de 2008

ETA asesina a Ignacio Uría

De nuevo y por segunda vez en los dos escasos meses que llevamos de andadura, debemos dejar de lado la sátira del nacionalismo. Y es que ese nacionalismo de nuevo ha golpeado asesinando cobardemente a Ignacio Uría, un empresario del TAV.

Sabemos de sobra que el terrorismo etarra tiene multiples ramas, y raíces, y que para acabar con ellos hay que fumigar esas raices y no alimentarlas como hace el llamado nacionalismo "moderado". Y no sólo el PNV-EA-EB; hoy salía la noticia según la cual la inyección de capital de Zapatero a los ayuntamientos llegará también a los de ANV. A saber, nuestros impuestos subvencionan a ANV, a Batasuna, es decir, a ETA y sus balas. Esto es inadmisible, la condena a este asesinato que veremos a partir de ahora en boca de políticos mas o menos sinceros, valdrá menos que una mierda en 2 días si no viene acompañada de hechos claros, inequívocos y unidireccionales: acabar con ETA en todos los ámbitos de la sociedad y la política, incluyendo a los que les apoyan, y si hiciera falta, hasta con quienes recogen sus nueces, tan hijos de puta como los primeros.

Nuestras condolencias para la familia, como ciudadanos es nuestro deber darlas, pero que no sea lo único. Mostremos indignación no sólo con los asesinos, sino con los políticos y su inacción, con su cobardía y medias tintas, con quienes no usan los medios legales a su disposición para cercenar las ramas y raices que sean necesarios para parar esta peste hedionda y fascista.


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