Unas colonias subvencionadas por la Diputación de Gipuzkoa prohibieron a niños de entre 9 y 11 años ver la final de la selección española de fútbol
EIG. Redacción. San Sebastián. Los responsables de unas colonias infantiles de verano subvencionadas con 33.000 euros por la Diputación Foral de Gipuzkoa (PNV) prohibieron a decenas de niños de entre 9 y 11 años seguir por televisión la final del campeonato del mundo que enfrentó a España y a Holanda.
Los niños, hospedados en un albergue de la localidad guipuzcoana de Orio, insistieron para que les dejaran ver el encuentro, pero los monitores, convertidos en auténticos guardianes de hierro de una peculiar ortodoxia pedagógica, se negaron en redondo. La situación, con toda seguridad, hubiera sido diferente si la gran final la hubieran jugado, por ejemplo, las selecciones de Euskadi y Venezuela, ya que los instructores hicieron gala, además, de un refinado sadismo a la hora de informar a los pequeños que preguntaban desaforadamente sobre la marcha del partido y el resultado del encuentro de sus sueños. "Al final, han ganado los holandeses; Robben ha metido el gol de la victoria", afirmaron los docentes talibanes.
Obviamente, los tutores de estas colonias, duchos en las artes locales de propagar el totalitarismo, la imposición y el pensamiento único independentista, confundieron sus deseos con la realidad. Mientras tanto, amargaron, atormentaron y entristecieron a decenas de niños y niñas que, en aquellos momentos, solamente tenían una ilusión: ver a su selección ganar el Campeonato Mundial de Fútbol.
No entendemos la indignación del bloguero, ¿que hay de equivocado en la actitud de esos patriotas a cargo del campamento infantil?, no vemos nada eusko-reprobable ni tendencioso. Primero, si el campamento estaba subvencionado por
Nos vemos tampoco nada malo en que se les prohiba ver un partido de la selección de futbol del opresor estado español. ¿Para qué diluir su vasquidad?, ¿desde cuando hay que hacer lo que los niños, o peor, sus padres, quieran?. El Partido debe velar por la pureza ideológica de esas infantiles mentes, susceptibles de creerse cualquier historia al ver un partido de futbol. Su selección y su nación es la euskalherriaca, ¡y punto!, ya lo aprenderán, y serán felices en Batua y trabajando para el Partido y sus sindicatos verticales en perfecta eusko-harmonía, ¡¡¡alabada sea la Sabino-arcadia feliz!!!.
Como ejemplo claro de lo positivo de estos eusko-campamentos, dejamos esta imagen sacada de los archivos de Sabin-etxea: